viernes, 10 de enero de 2014

De Tres Cantos a Colmenar por el Puente de la Marmota

El Puente de la Marmota fue construido por mandato del rey Fernando VI entre 1756 y 1758, en el contexto de un proyecto de acotamiento y mejora de los accesos de El Pardo. Se eleva sobre un cañón natural, justo donde el Manzanares abandona la rampa de la sierra y se adentra en las llanuras arenosas de la meseta y se construyó para dar continuidad a la valla de El Pardo, lugar que siempre fue el cazadero preferido de la monarquía española. Hoy día este desfiladero se encuentra anegado por la cola del Embalse de El Pardo, inaugurado en 1970. (Fuente: pasionpormadrid.com)

Monte de El Pardo

A mi no me gusta la lluvia. Y el hecho de que se pasara toda la semana lloviendo no ayudaba a que me decidiera a rodar este fin de semana. El caso es que como el domingo anunciaban día despejado y la zona no es propensa a acumular agua, finalmente me decidí y a las nueve en punto me reunía con Madrile, Ismael, José Ramón, Sergio, Manolo y Pedro en la estación de tren de Tres Cantos con la intención de visitar tan insigne construcción. 
Nada más llegar al punto de encuentro nos fuimos dando cuenta de que el hombre del tiempo no iba a acertar. Bajo un cielo totalmente encapotado salimos de la Renfe en dirección al puente que pasa por encima de la carretera de Colmenar. Atravesamos el carril bici y en un pis-pás estamos rodando por tierra. Enseguida compruebo que efectivamente el terreno drena bien y como además este primer tramo es cuesta abajo, mi ánimo se va recuperando. Pero llegamos a la tapia del Monte del Pardo y con las primeras rampas positivas me doy cuenta que hoy el agua será el menor de mis problemas.  Delante de mi va un puñado de galgos a los que no parecen haberle afectado los excesos navideños y solo Manolo, aun convaleciente de sus multicirugias me acompaña en estos primeros compases. No hay charcos en el camino pero el terreno está muy blando y cuesta traccionar así que poco a poco “my brother” y yo nos vamos quedando atrás... no pasa nada, ya pararán.

Mirador de Valdeleganar

Efectivamente, poco más adelante hacemos la primera parada de reagrupamiento, en el Mirador de Valdeleganar desde donde muy a nuestro pesar podemos admirar la negrura de las nubes que tenemos ante nosotros. ¿He dicho ya que a mí no me gusta la lluvia...?


Tras la breve parada, el amigo Madrile reanuda la marcha y los siguientes dos kilómetros de bajada de nuevo contribuyen a levantarme el ánimo. Tras el descenso encontramos una breve subida que nos coloca en la entrada de la garganta que da al puente de la Marmota. Toca desmontar. El terreno está lleno de pedruscos y tierra húmeda y suelta y no es cuestión de arriesgarse a una caída y así llegamos al famoso puente, cuyo nombre original era del Mamotar como el monte que tiene al lado y que tiene forma de “mama” (o de teta, vamos...) y que por degeneración lingüística derivó en la denominación que hoy tiene. Porque el Manzanares, marmotas no tiene, no?


En fin, que llegamos al puente y hacemos otra breve parada para hacer la foto de grupo y alguna otra. 



Después toca subir una cuesta corto-petante que solo los más fuertes consiguen terminar y enseguida tomamos una vereda que sale a la derecha, al principio muy divertida pero que poco a poco va tomando desnivel y aumentando su dificultad por lo que me veo obligado a desmontar tres o cuatro veces. Por el camino nos cruzamos con un grupo de 7 u 8 tíos haciendo carrera de montaña y les dejamos pasar no sin la tentación de irme con ellos cuesta abajo. Vaya día tonto que llevo. Al final de la vereda encuentro al resto del grupo que me están esperando. Se creen que me he retrasado haciendo fotos, jejeje... ingenuos. No llevamos ni 15 km y no consigo coger ritmo, todo el rato fuera de punto... vaya dia! Por lo menos no llueve...
Reanudamos la marcha por un pista ancha y en muy buenas condiciones aunque algo blanda y  casi todo el rato cuesta arriba. Este tramo de 4 km es el que más pesado se me hizo y recibí con verdadero alivio la noticia de la llegada al cruce con la M-618  (Hoyo de Manzanares a Colmenar Viejo) punto en el que el perfil de la ruta cambiaba a valores negativos. A partir de aquí todo iría mejor, verdad? Pues no, porque fue precisamente en este punto donde empezó a llover... Primero una lluvia fina, casi imperceptible, como de niebla, pero más evidente a medida que íbamos cogiendo velocidad en la bajada y aumentada por las salpicaduras que de la rueda delantera me llegaban hasta la cara. Ideal...



A pesar de todo bajamos con rapidez. Tengo las gafas totalmente empañadas y llenas de gotas de barro y me veo obligado a ir mirando por encima de ellas. Sorteo charcos y escorrentías más por intuición que por vista y de nuevo recibo con alivio la siguiente parada, bajo el puente de la M-607 (autovía de Colmenar) donde nos resguardamos y aprovechamos para comer algo. Dios, qué mañana!!


Comemos rápido porque nos quedamos helados y seguimos por otro tramo de unos tres km muy técnicos con unos pedrolos impresionantes que al principio me obligan a bajar de la bici cada dos por tres. Llueve menos pero lo justo para tener las gafas permanentemente mojadas.
Menos mal que Manolo, cual buen desodorante, no me abandona y los dos continuamos como podemos por la trialera. Poco más adelante nos reunimos con el grupo bajo el puente sobre el que circula la vía férrea y juntos seguimos por el siguiente tramo de la trialera, ahora un poco menos exigente. Así llegamos a las puertas de Colmenar Viejo. Callejeamos por el centro sin que nos abandone la lluvia y tras atravesar el pueblo nos adentramos de nuevo en territorio comanche, ahora en plena bajada.

Deja de llover...

Son algo más de ocho km de bajada que pasan volando. Los últimos dos son los más llanos y tienen como curiosidad que hay que cruzar el Arroyo Tejada unas 10 veces, las seis primeras sin puente.


En el primer vadeo utilizamos las piedras dispuestas para uso peatonal pero en las siguientes comprobamos que la profundidad del río permite atravesarlo montados y lo hacemos sin problemas. Es el tramo que se me hace más llevadero y tras él solo queda un corto repecho de dos km hasta llegar al punto y final de la ruta.
Al final 40 km y algo más de 900m de desnivel positivo,  que deben ser muy bonitos pero que yo no he podido disfrutar como quería porque, por si alguien no se ha enterado, a mi no me gusta la lluvia.


Completaron esta ruta: Madrile, José Ramón, Ismael, Sergio, Ruter++, Pedro y Fer.


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