sábado, 21 de junio de 2014

Los Pueblos Negros + Monasterio de Bonaval (por Madrile)

En los llamados pueblos negros de Guadalajara, la arquitectura convive con la naturaleza en perfecta unión. La historia y la forma de vida de sus habitantes que han aprovechado los escasos recursos y materiales de su entorno para levantar unas atractivas y vistosas construcciones basadas en paredes y techumbres de pizarra y piedras oscuras, se han convertido en la seña de identidad de estos pueblos negros.Por el valor que representan, no solo a nivel arquitectónico, sino etnográfico y paisajístico de gran importancia en Europa, este conjunto de localidades, en la actualidad, se encuentra en proceso de ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.A menos de 90 minutos de Madrid, la ruta discurre por la Sierra Norte de Guadalajara en las laderas de la Sierra del Ocejón, dentro de la Zona del Macizo de Ayllón limitando con Segovia. La Ruta de los Pueblos Negros garantiza un viaje a otra época, a lo más auténtico de la naturaleza. 

Pico Ocejón

Llevo meses preparando esta ruta. Era la tercera vez que la hacía pero esta vez quería ampliarla y poco a poco fui recopilando un track tras otro para ver la ciclabilidad de los distintos caminos que quería seguir.

El día anterior preparé todas las cosas, ropa, mochila, cambio de cubierta que ya pedía una a gritos, buen engrase… iba a afrontar una ruta bastante dura en solitario y no quería jugármela innecesariamente. Y por fin el domingo suena el despertador a las 6:30, a por ello. A las 8:30 llego a Retiendas, bonito y pequeño pueblo donde el track comenzaba en la calle Arroyo del Pueblo (eso pone google maps) y lo encuentro rápido porque efectivamente por la calle principal corre un arroyo llamado “Arroyo del Pueblo”. Me preparo y a las 8:40 comienzo la hazaña.

Retiendas. Arroyo del Pueblo.
Foto cortesía de "Blog de La Vereda de Puebla"

El comienzo es de asfalto. Hace un virujillo con 12 ºC pero como es en suave ascenso no me da tiempo a notarlo en exceso. Y así transcurren los primeros 6 km, sin cruzarme absolutamente con nadie, viendo allí abajo como el pequeño rio Jarama ha ido surcando la roca con el paso de los años como si de lava se tratara. Tengo que estar atento porque antes de llegar a la presa debo cambiar de track; en ese momento pienso en cargar el otro track pintado sobre el mapa para coger el desvío y ¡¡¡¡¡¡ZAS!!!!! El gps se apaga ¿?????? Pero que…. Estoy a 150km de casa y ahora???? Me da igual, voy a intentarlo como sea, recuerdo mucho del trayecto … vuelvo a encenderlo y vuelvo a hacer la misma operación, FUNCIONA BIEN, A VER LO QUE DURA… pero tengo que seguir, no me puedo acojonar por esto. Menos mal que no me volvió a fallar porque aunque si me acordaba, hay algunos desvíos de sendas que no se ven bien por la vegetación.

Sobre el track sabía que venían los primeros repechos importantes del día, ya que el trayecto es zigzagueante y efectivamente me encuentro de cara con una pista forestal con bastante piedra suelta pero no con demasiado desnivel. Casi 4km de ascenso en un pinar que con el frescor de la mañana desprenden un olor que embriaga a cualquiera. Arriba ya, la jara mezcla distintos aromas. Este pinar desemboca en una bajada desde la que ya diviso Tamajón, el pueblo donde siempre había empezado la ruta.

Iglesia románica del siglo XVI de Tamajón.
Foto cortesía de Wikipedia
Almiruete.
Foto cortesía de "Almiruete.com"
Lo atravieso llegando a la iglesia y no sigo el track que marca por carretera ya que creo acordarme del camino que llega al cruce del siguiente pueblo. Y así es, excepto un pequeño despiste de unos 100m, el resto lo hago sin problema. El camino está muy abandonado en su parte final que me lleva a la carretera la cual tan solo tengo que cruzar para poder seguir el track nuevamente. De aquí a Almiruete, el primero de los pueblos negros. Como ya le conozco y se puede apreciar desde el otro lado del arroyo paso de refilón y no paro a visitarlo encarando la subida más larga de la ruta con rampas continuas del 9-10% decidido a no parar hasta coronar a 1380m de altitud. Y así lo hice, primera parada, barrita rápida y foto rápida del desafiante pico del Ocejón.

El pico Ocejón al fondo
Ayuntamiento de Majaelrayo.
Foto cortesía de "Dale Leña al Mono"
Bajada rápida cogiendo el desvío que baja al Arroyo de la Venta, no creo que hubiera sabido que era este desvío sin gps. Llegar al río no tiene perdida, y me lanzo por la recta bajada pero recuerdo que voy solo y tengo el dilema de intentar terminar cuanto antes la ruta o ser precavido, una caída aquí sería muy comprometido, por aquí nunca me he cruzado con nadie y el acceso es difícil. Llego al río y no paro, continúo y llega la primera parte de cortas empujabike. Recuerdo que mi colega Ismael, el año pasado consiguió subirlo sin bajarse. Un año mas no entiendo como lo hizo. Después de constantes subidas y bajadas llego al segundo pueblo negro, Campillejo, y nuevamente decido rozarlo y encarar el camino a Majaelrayo, bordeando el Ocejón, donde haría mi segunda parada. Allí en la plaza, plátano rápido, foto al ayuntamiento, cargo agua, me refresco un poco aunque no está haciendo demasiado calor y a seguir que todavía queda.

Campillo de Ranas.
Foto cortesía de "El país que nunca se acaba"
Gracias Juanfran y Alicia!!
Estoy en el punto más alejado del recorrido y tengo que bordear el pueblo para continuar ya que me encuentro la calle que tenía que seguir cortada por obras. Aquí comienza a soplar el viento, a ver si no me perjudica en exceso. Fuertes pero cortas rampas me llevan por carretera al desvío para coger un camino en continuo descenso hasta el siguiente pueblo y cuarto, Robleluengo. Recuerdo que por este pueblo tampoco hace falta pasar y así lo hago, lo dejo a escasos metros a mi izquierda, eso sí, con el Ocejón durante este trayecto vigilándome continuamente. Prosigo hacia el quinto de la tarde (ya que eran más de las 12) Campillo de Ranas.
Aquí siempre hemos parado a comer. Esta vez, y tras llegar a él atravesando el arroyo que lleva algo de menos agua que otros años y por tanto no tengo ni que descabalgar, lo atravieso por sus bonitas calles sin parar nuevamente, muchos turistas. Ahora toca bajar callejeando para llegar a la carretera. Bajo rápido, como en otras ocasiones pero COÑO tengo que dar un frenazo clavando mi rueda trasera la cual chirria mientras derrapa por el cemento al ver un coche que viene en sentido contrario a toda leche. Consigo controlar la bici y pienso en montarle un pollo al tío, pero para qué, yo también iba rápido y en estos pueblos las calles no tienen direcciones.

Pues eso, carretera hasta el sexto y ya van quedando menos, Roblelacasa, ya recordaba yo el ascenso hasta este pueblo, PUFFF.

Roblelacasa.
Foto cortesía de "¿Tienes planes hoy?"
Gracias Patricia!!
Otro que dejo rápido. Me adentro en el ancho camino entre altas jaras que todavía tienen alguna flor. Precioso camino, y como en otras ediciones paro un segundo para mirar hacia atrás y contemplar los últimos pueblos, uno tras otro, hasta Majaelrayo y la pista blanca que llega a la cumbre por lo que fui hace pocos días en otra de mis aventuras y que lleva a Cantalojas, al pie del hayedo de la tejera negra.

Continúo mi recorrido descendiendo hasta el puente al pie del siguiente pueblo Matallana. Puente que han construido encima del antiguo y que cruza el río Jarama. Saliendo de él, hay que hacer algo de empujabike, nada importante. El resto es un sendero fuertecillo y con mucha piedra suelta en algún que otro tramo pero con platillo todo se puede. Al llegar a este pequeño pueblo, enlazo con la pista forestal, con fuerte viento de cara, que lleva en ascenso al último y octavo de los pueblos negros de esta ruta, La Vereda. Aquí sé que me queda otro puertecillo y el rápido descenso a la presa, pero como desconozco la última parte de la ruta, decido hacer la última parada del día y tomarme una barrita y un gel.
La Vereda
Foto rápida y descenso al Arroyo Valbosera donde comienza el fuerte ascenso donde paso mucho calor. La ladera me corta todo el aire y el sol aprieta ya a estas horas. Lo recordaba más duro en cuanto a distancia se refiere, habrá sido el gel. La subida concluye en un mirador sobre el precioso embalse del Vado, yo creo que está más lleno que otros años.

Llegando a la presa, me meto por la carretera del canal con buen asfalto e intento ir lo más rápido que puedo pero el sol aprieta, las ganas de terminar también, los km y desnivel acumulados también, y el hecho de desconocer esta zona me engaña pensando que me quedaban menos km de los reales. Son 10 km interminables. Tiene alguna zona de ascenso que me va consumiendo. Ya me duele “to”. Consigo llegar a una carretera que cojo a la izquierda y pienso que la ruta terminará de esta manera, pues NO. Muy poco después, el track se desvía a la izquierda por un senderín, ¿estará mal?, no me la juego, voy a seguir el sendero a ver que pasa, total ya debo estar cerca del final… y una leche.

Monasterio de Bonaval
El sendero de unos 4km es precioso, me hace descabalgar en un par de ocasiones tramos muy muy cortos, pero es duro, ya noto la mochila con muy poco peso, me preocupa que se termine el agua ya que no se muy bien lo que queda. El camino se va metiendo poco a poco en un cañón que parece tener el fin muy cerca y del que no podré salir pero se va introduciendo en un bosque encantado que me lleva al monasterio de Bonaval donde paro solo para hacer una foto. Está en peores condiciones de lo que había imaginado, es una pena. De aquí al final de ruta es un corto paseo. Me lavo en una fuente donde repongo agua para el viaje de regreso y fin, ruta finiquitada a las 15:40 aprox.



La ruta es dura pero merece mucho la pena, el entorno es magnífico. Los cada vez menos despoblados pueblos negros siguen actualizándose con obras que, gracias a las ordenanzas, obligan a utilizar materiales del entorno y así no perder esa preciosa estética.

Monasterio de Bonaval
Foto cortesía de "Fotografia y Románico"
Gracias Quique!!


Perfil y datos de la ruta: