martes, 26 de febrero de 2013

Cuerda de la Parada


La ruta de este domingo prometía. La zona, conocida por todos por ser cercana a las conocidas Tres Marías, además es conocida por mi por frecuentarla al ir a ver a amigos con casa en la zona. Las espectativas son buenas, sin embargo el bajo nivel físico y las previsiones de frío polar hace que más de uno se replantee la asistencia. Finalmente somos once los bikers que acudimos a la cita y con apenas 10 min de retraso comenzamos a rodar.

Tras unos primeros metros de asfalto tomamos una pista de tierra y comenzamos a subir... y subir y subir y subir... 12 largos e intensos kilómetros que hacen que nos olvidemos del temido frío. Rápidamente se pone de manifiesto quienes están más fuertes y ponen tierra de por medio con los que no lo estamos tanto. Estas primeras rampas sirven también para mostrarnos la belleza paisajistica de la zona. Montes, valles y collados se muestran a nuestro alrededor ofreciéndonos un espectáculo magnífico.





Tras hora y media de esforzada subida llegamos al primero de los miradores de la ruta, lugar donde hacemos la primera foto de grupo y nos avituallamos. Tras la pausa continuamos, pero ahora ya en bajada. La pista está en buenas condiciones e invita a lanzarse por ella, sin embargo no renuncio a parar para hacer nuevas fotos.








La pista nos lleva hasta la carretera M-512 donde paramos brevemente en un nuevo mirador. Unas fotos y seguimos por asfalto dirección Robledo de Chavela, hasta el siguiente desvío a poco más de un km. carretera abajo.




Retomamos tierra y continuamos hacia nuestro siguiente destino, el desvío que nos llevará hasta el río Cofio. Este río es uno de los que abastece al pantano de San Juan, junto con el Alberche y discurre por un cañón de gran belleza que podemos contemplar desde la pista que corona su vertiente derecha.







Avanzamos por ella hasta que queda al alcance de nuestra vista el embalse donde desemboca.


Lo bueno es que las vistas son espectaculares... lo malo es que tenemos que bajar lo subido y después subir lo que hemos bajado hasta retomar la pista original.

 
Los kilómetros van pasando y las piernas empiezan a resentirse del esfuerzo. Tras el obligado y un poco penoso retroceso, reagrupamos y continuamos hasta nuestro siguiente objetivo: el mirador del Yelmo.        

El cerro del Yelmo es una pequeña elevación del terreno junto al pantano de san Juan y ofrece una inmejorable posición para contemplar prácticamente todo el embalse. A estas alturas de la ruta, ya bien entrada la mañana, no hay rastro del viento anunciado y el sol reinante consigue que no sintamos frío.


Alcanzamos el desvío hacia el mirador y tras una breve senda debemos dejar las bicis y continuar a pie. Mientras Revuelto se queda de vigilante, el resto transitamos por la senda entre bromas y buen rollo. El buen ambiente en el grupo es uno de los alicientes de nuestra afición a la bici.




Enseguida llegamos a la atalaya que sirve de mirador y comprobamos que el esfuerzo ha valido la pena. 


Las vistas son inmejorables y tras una nueva sesión fotográfica desandamos la senda en busca de nuestras máquinas.


La ruta toca a su fin. Nos quedan escasos km para terminar pero no descartamos la oportunidad que nos ofrece el mirador del pantano de San Juan para hacer una última foto de grupo.

Tras esta última parada, un par de km de rápido descenso nos dejan de nuevo en el punto de origen. El tiempo y las averías nos han respetado y que mejor manera de celebrarlo que con unas cervecitas bajo el sol templado de esta inesperada mañana de invierno.

                           

Como siempre, aquí el TRACK.

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