La mañana estaba fresquita, pero despejada. Las predicciones del aire eran malas, pero una vez más no se cumplieron y se nos presentaba una mañana perfecta para hacer mtb.
El punto de de quedada era el parking de la estación de cercanías de Tres Cantos.
Yo me acerqué en tren y los demás en coche. Una vez todos juntos, los saludos y risas de rigor mientras se ultiman los preparativos.
Ya todos preparados, nos pusimos en marcha.
Los primeros 2 kilómetros eran de bajada y por las calles de Tres Cantos. El fresquito nos acentúa las ganas de tocar tierra y generar calor, pero el tiempo que hacía que no iba por allí y lo que ha cambiado la zona, no me permitíó encontrar la entrada que pretendía y por no ponerme a explorar, decidí seguir la ruta por el track, a pesar de ir por las calles asfaltadas durante unos 3 km más.
Una vez ya en tierra comenzamos las primeras cuestas, que nos hicieron rápidamente ir entrando en calor.
Todos agrupados en busca del cerro.
Gracias a Tezu podemos disfrutar de estas imágenes.
En este punto enseño al grupo sobre el gráfico el cerro que vamos a subir, y Jose Ramón me corrige porque no se trata
del Cerro de San Pedro, sino de otro que quizás no tenga ni nombre, pero no por
ello desmerece su ascensión. Según me dijo J.Ramón, el Cerro de San Pedro no es
ciclable y éste sí lo es.
Comenzamos su ascensión, que dura más o menos 1 km y solo quedamos encima de
la bici madrile, Jose Ramón y yo. Los demás practican el empuja-bike, que
también tiene mérito, porque no por ello suaviza la pendiente y también se te
hace eterno de esta manera.
A 200 m de coronar, nos encontramos que han vallado el monte y sortear la
valla por una puerta que hay, supone salirse del track y evitar la bajada y la
siguiente subida al cerro contiguo, lo que destroza la ruta, porque el
resto de lo que queda es rutear por los continuos sube baja de las carreteras
maltrechas del canal.
Decidimos pasar nosotros por debajo de la valla y las
bicis por arriba.
Una vez arriba del cerro, hacemos la primera parada de
avituallamiento (más o menos km 20 de la ruta). La bajada al cerro se puede
hacer por una trialera que requiere técnica por sus pronunciadas pendientes o
por otra más llevadera que queda a su derecha y que advierto para que la tomen
los que quieran.
Sale madrile disparado por una senda marcada, que ha debido de hacer el
propietario del terreno a la vez que lo valló, para poder subir y bajar con su
todo terreno. Nada tiene que ver con la trialera y pronto me doy cuenta de
ello, pero madrile está ya muy adelante y no da tiempo a rectificar. Esto hace
que yo vea frustrado mi intento de enseñar y practicar por la trialera
esperada. Para poder salir del cerro tuvimos que cruzar la valla por otra
puerta. Una pena no haber pillado la trialera, porque veo difícil que
volvamos a subir el cerro, ya que no es agradable tener que invadir un terreno
cercado de esa manera. En esta ocasión no lo sabíamos y rodearla suponía un
profundo tajo al track planificado.
Una vez abajo del cerro giramos a la iquierda para volver a adentrarnos en
otro valle que nos lleva a otra ascensión más suave pero no por ello poco
exigente. Una vez arriba cogemos las carretas del canal que nos ponen de vuelta
al punto de salida. Estas carreteras son agradables porque aunque están
asfaltadas, están envueltas por un bonito paisaje, continuos cambios de rasante
y curvas a derecha e izquierda. En este terreno el grupo se estira más, por
lo que de vez en cuando hacemos cortas paradas de agrupamiento.
Una vez salimos de la carretera, decidimos hacernos la foto de grupo junto a
un pilar de piedra y nos ponemos de regreso.
Esta vez dirijo el grupo por la
senda de tierra que no encontré a la ida, y que nos deja en las calles de Tres
Cantos para volver en 2 km a la estación.
Ya cerca de la estación nos tomamos
una estupenda opcional con las cervezas de rigor y una fabulosa paella que nos
ponen de tapa.
Ya en el aparcamiento de la estación nos despedimos y nos vamos a casa con
el regusto de haber disfrutado de lo lindo.
bien detallada, y un buen dia de mtb.
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